¡Yo era rico en Cuba!

- ¡Que clase 'e comemierda tú ere'! ¿Por que, coño, te fuiste?
- Ah, porque en Cuba hay dictadura, los niños se mueren de hambre, me persiguen porque quiero democracia, me torturan y blah, blah, blah...
¡Nah! Olvidate de esa muela; no me fui por eso.
Mira, como buen cubano, yo no se todavía porque me fui, porque, coño, creeme, en Cuba, se consigue de todo.
Pa' que tú entienda', te voy a contar de mi amiga, Petronila, con quien me encontré en el parqueo de Walmart el lunes pasado. La última vez que la había visto fue en Cuba hace como veinte años. Cuando aquello estaba flaquiiiita, puro hueso, pa' que contarte, y en el congelador de su casa lo único que había era una naranja congelá'.
Cuando chocamos ahora, casi que no la reconocí; ¡parece una pelota de playa, pesa como cien libras más!
Un encuentro del third kind.
Por suerte, ... pa' mi..., por supuesto, ella andaba corriendo porque se va en un crucero pa' Punta Cana el fin de semana y necesitaba comprar una tablet que le había prometido a la hija menor pa' que se entretenga jugando en el camino. Sin embargo, cubanos al fin y al cabo, tuvimos tiempo pa' meter un poco 'e muela.
Oye esto, me contó Petra, así le decían allá en Cuba, que había cambiado el Corola viejito del 2000 por una Ford Escape del 2021; le habían dado muy buen precio, me dijo.
¡Anda! Estan progresando , solté haciéndome el gracioso.
Ella, sin inmutarse y con cara de intelectual, me respondió:
Imagínate, mi hija mayor está embaraza' y vamos a necesitar el espacio pa'l coche y to' ese montón de cosas que cargan las nuevas mamá'. Eso sí, me dijo muy enojada, ¡con estos demócratas y la gasolina por los cielos! ¡Imagínate el gasto extra!
Cambiemos el tema, niña, por favor. ¿Como está tu esposo?
Bueno, Pepe anda por la agencia de título recogiendo la llave de la casa que acabamos de comprar. Al fin lo logramos después de estar ahorrando desde el 2002, cuando llegamos a Miami gracias al bombo. Finalmente, el banco nos aprobó el préstamo FHA; solo pusimos de down el 3.5%. Ahora, a guardar billete pa'l bar de Pepe, porque, imagínate, él no deja de pensar en su barrita al lado de la piscina.
El maldito inglés.
Lo que no hemos mejorado mucho es el inglé', porque, dime tú, en Hialeah, a quien coño le hace falta el maldito inglé'. Por suerte, mis hijas nacieron aquí, así que son americanas; ni en Cuba piensan.
Pepe y yo somos otra historia; no éramos unos niños cuando llegamos y no podemos dejar de pensar en el barrio. Imagínate que, con esto de la casa, ahora lo que nos preocupa es que no vamos a poder mandar tanto dinero a la familia; pero, bueno, a ellos allá no les falta na', me dijo bajando el tono de voz como pa' que no la fueran a oír.
¡Como extraño a Cuba!
Petra calló por unos segundos y, de pronto, como media asustada, me dijo que aún no sabe que hacen Pepe y ella aquí.
Desde que nos levantamos es pensando que tenemos que ahorrar porque Cachy va a parir y el marido es un cubano malpario y nosotros vamos a tener que encargarnos de todo. Ahora, con la casa, to' el mundo tiene su cuarto y que sí plasma y wifi. Vaya pal carajo.
¡Ay, Cuba!
Ya casi que nos despedíamos cuando, con cierta nostalgia, me contó que en Cuba no tenían tantas preocupaciones. ( Creo que ya hasta olvidó que nos conocemos desde Cuba; pero, bueno... ). Pepe era dependiente de una posada allá por el Cerro y ella era la cajera de una panadería a una cuadra de su casa.
Piensa pa' que tú vea'. No necesitabamos na'. ¡Aquello es Cuba! Tú sabe'.
¿En serio? En realidad, si de necesitar se trata, una pila 'e cosa', pensé en ese momento; pero no se lo dije, por supuesto. Solo lo pensé. ¿Qué tal el Escape del 2021, la tablet y el bar de Pepe, el wifi y los plasmas? ¡Ah! Y, quejarse bastante, que eso es muy importante pa' cualquier cubano... fuera de Cuba.
Y, la gasolina al precio demócrata en cualquier esquina , me soltó, OTRA VEZ, mientras se alejaba, eso sí, bien alto, esta vez pa' que to' el mundo la oyera.
¿Te das cuenta que en Cuba no falta na' o, todavía, no entiendes?
En fin, como el que no quiere las cosas, me despedí deseandole a mi amiga un feliz viaje a Punta Cana no sin antes halagarle la gorrita roja que lucia con tanto orgullo.
NOTA FINAL
Si usted, amigo mío, no es cubano y se leyó todo esto, habrá descubierto que los cubanos nos vamos de Cuba porque somos unos idiotas.